--Blog del Taller de LU--
...recordatorio de esa dimensión que solemos dejar de lado a la hora de relatarnos y explicarnos a nosotros mismos. (Javier Marías)
24/1/11
47. DESARROLLO DE LAS CUESTIONES TEÓRICAS (12). Ronsard y la Pléyade francesa y COMENTARIO LITERARIO del Soneto para Helena (By Dámaris)
Este es el espacio para el desarrollo tanto de la cuestión teórica como del Comentario literario de P. de Ronsard. Puede contener distintos borradores hasta llegar al texto que su "redactora" considere definitivo. Ánimoooo.
Cuestión teórica: Pierre de Ronsard (1524-1585), el más importante poeta del Renacimiento francés, formó parte de La Pléyade, grupo de poetas que intentaron revitalizar la lengua y la literatura francesas inspirándose en los clásicos latinos y en Petrarca. Es a mediados del siglo XVI cuando se impone la nueva poesía renacentista en Francia. El impulso definitivo para la evolución de la lírica francesa a las corrientes modernas inspiradas por Petrarca lo dio la formación de La Pléyade. En el manifiesto de La Pléyade, nombre que alude a la constelación de las siete estrellas, du Bellay exhortaba a sus compañeros de grupo a seguir la nueva poesía renacentista italiana, especialmente a la imitación del soneto. Hoy en día, a Ronsard se le sigue considerando como uno de los poetas franceses de mayor prestigio universal. Sin ir más lejos, Antonio Machado lo tenía entre sus clásicos favoritos («en la moderna estética / corté las viejas rosas del huerto de Ronsard» ). De su voluminosa lírica amorosa destacan tres grandes ciclos: Amores de Casandra (1552/3), Amores de María (1555/6), y Sonetos para Helena (1578). Al igual que en Petrarca, en su lírica puede rastrearse la huella de su experiencia personal. Ronsard combina el petrarquismo con reminiscencias literarias de la Antigüedad. El mejor Ronsard se halla en la poesía que trata el tópico de la fugacidad del tiempo, como la del famoso soneto a Helena. Sin duda, Ronsard, poeta humanista, poeta imitador, alcanza las cumbres más altas de su poesía cuando el motivo literario se introduce en el tronco de sus inclinaciones personales: el gusto sano de vivir, un intenso amor por la naturaleza y una alegre sensualidad que, sin embargo, no ignora las zonas de sombra y las angustias de lo cotidiano; en los mejores casos, esta duplicidad de estímulos da vida a versos cristalinos y a ritmos encantadores.
Estupendo Dámaris, buena síntesis: te sugiero, no obstante, que localices los nombres de los otros poetas que, con él, constituyeron este grupo lírico. Por lo demás, anímate y recita tu soneto, en francés, junto con el vídeo (karaoke lírico, je je). Saludos cordiales, Juany
El fragmento del poema Sonetos para Helena, pertenece a un famoso poeta francés llamado Pierre de Ronsard. No es siempre el mejor de los poetas de La Pléyade (el grupo literario renovador que él organizó) pero es desde luego el más variado y el más significativo. Pierre de Ronsard puede parecer de entrada un poeta monótono, en su sucesión de amores y amoríos celebrados y escritos, casi todos verdaderos. Sin embargo, Ronsard fue y seguirá siendo el poeta de “Los amores”. A primera vista la poesía lírica de Ronsard (sonetos, odas, canciones) parece esa mera sucesión de prestigiosos nombres femeninos como Casandra, María, Sinope, Astrea y Helena. Sin embargo, no es más que el reflejo de su elegancia plasmado en sus escritos que se acompañan de sus intensos, pasionales y fugaces amores. En este caso, el poema presenta un proceso que va desde la pasión al tormento, adornado con los más ilustres tópicos y la plenitud de las rosas. Evidentemente nos hallamos ante un romance, puesto que su origen se encuentra en la cultura francesa del siglo XVI. En este fragmento se refleja claramente un amor tardío, vivido en la juventud y demasiado joven e inexperto para una segunda etapa. Por lo tanto el tema del poema, se relaciona con la fugacidad de la vida, y como tal, amar ahora sin dejar pasar ni un solo instante. Uno de los temas secundarios que encontramos es el concepto de la fama y la perduración en el tiempo. Ronsard desea que se le recuerde a pesar de que hayan pasado los años. El hecho de incorporar su nombre al poema, indica reconocimiento, memoria y observación a través del tiempo; e incluso cabría la posibilidad de que adornado el poema con su amor Helena, lo recordasen como un perfecto amante.
Con respecto a la estructura interna del poema, podríamos decir que se divide en tres partes bien diferenciadas: La primera, desde el primer verso hasta el cuarto, nos plantea, reiteradamente, el paso del tiempo y la memoria de sus recuerdos, como el amor intenso que se convierte en vanidad, en desgaste y antigüedad. La segunda parte, desde el quinto verso hasta el duodécimo, nos desarrolla la idea de fama, perduración y reconocimiento; demostrando así que la importancia recae en aquel que ama y no en la mujer amada. Ronsard plasma la sensación de esmero y esfuerzo por la supervivencia de su obra para que su recuerdo se mantenga vivo y no se desvanezca. Y la tercera, y última, que corresponde a los dos últimos versos, el poeta concluye con un gran tópico: El Carpe Diem. En él, manifiesta la fugacidad de la vida, el tiempo que corre y la necesidad de apresarlo ahora antes de que sea demasiado tarde.
… Continuación: En cuanto a su métrica, se compone en torno a 14 versos alejandrinos, agrupados de cuatro en cuatro, las dos primeras estrofas, ( cuartetos; cuyo esquema métrico es ABBA) y de tres en tres las dos últimas (tercetos; cuyo esquema métrico es ABA). Presenta una rima consonante con pausas de tipo versal, es decir, las que están realizadas al final del verso o coinciden con una pausa sintáctica.
El poema presenta una serie de recursos estilísticos que refuerzan el carácter literario del fragmento. Por ejemplo, la hipérbole (“y bendiga tu nombre, inmortal por la gloria”), que exagera su condición de ser viviente, es decir, vive pero de forma inmortal, vive pero no en la tierra, sino como “descarnado fantasma” observando el paso del tiempo en su amada. En esa misma frase, “Yo seré bajo tierra descarnado fantasma”, encontramos claramente la presencia de la metáfora, pues el autor se identifica con la muerte, en cierto modo, literal, pero que ella dejará vivo en sus recuerdos. Además se observa, al final del poema, el símbolo por el cual es distinguido Ronsard: Las Rosas. Representan el amor, la oportunidad, la belleza de la juventud y la mujer que la posee. En este mismo soneto, se presentan los versos que funcionan como garantía de la inmortalidad de aquella musa que inspiró la pluma de Ronsard, en este caso, Helena. Ella fue sin duda el más veraz y trágico de los gráciles amores ronsardianos.
Y, por último, mencionamos los consecuentes que tuvo Ronsard en la literatura. Por ejemplo, Pablo Neruda, retomó el mismo tema escribiendo El nuevo Soneto a Helena. Muchos otros escritores retomaron este tema teniendo como referencia el poema de Ronsard y escribieron su propio poema para Helena.
4 comentarios:
Cuestión teórica:
Pierre de Ronsard (1524-1585), el más importante poeta del Renacimiento francés, formó parte de La Pléyade, grupo de poetas que intentaron revitalizar la lengua y la literatura francesas inspirándose en los clásicos latinos y en Petrarca.
Es a mediados del siglo XVI cuando se impone la nueva poesía renacentista en Francia. El impulso definitivo para la evolución de la lírica francesa a las corrientes modernas inspiradas por Petrarca lo dio la formación de La Pléyade. En el manifiesto de La Pléyade, nombre que alude a la constelación de las siete estrellas, du Bellay exhortaba a sus compañeros de grupo a seguir la nueva poesía renacentista italiana, especialmente a la imitación del soneto.
Hoy en día, a Ronsard se le sigue considerando como uno de los poetas franceses de mayor prestigio universal. Sin ir más lejos, Antonio Machado lo tenía entre sus clásicos favoritos («en la moderna estética / corté las viejas rosas del huerto de Ronsard» ). De su voluminosa lírica amorosa destacan tres grandes ciclos: Amores de Casandra (1552/3), Amores de María (1555/6), y Sonetos para Helena (1578). Al igual que en Petrarca, en su lírica puede rastrearse la huella de su experiencia personal. Ronsard combina el petrarquismo con reminiscencias literarias de la Antigüedad.
El mejor Ronsard se halla en la poesía que trata el tópico de la fugacidad del tiempo, como la del famoso soneto a Helena.
Sin duda, Ronsard, poeta humanista, poeta imitador, alcanza las cumbres más altas de su poesía cuando el motivo literario se introduce en el tronco de sus inclinaciones personales: el gusto sano de vivir, un intenso amor por la naturaleza y una alegre sensualidad que, sin embargo, no ignora las zonas de sombra y las angustias de lo cotidiano; en los mejores casos, esta duplicidad de estímulos da vida a versos cristalinos y a ritmos encantadores.
Estupendo Dámaris, buena síntesis: te sugiero, no obstante, que localices los nombres de los otros poetas que, con él, constituyeron este grupo lírico. Por lo demás, anímate y recita tu soneto, en francés, junto con el vídeo (karaoke lírico, je je).
Saludos cordiales, Juany
COMENTARIO DE TEXTO:
SONETOS PARA HELENA; PIERRE DE RONSARD.
El fragmento del poema Sonetos para Helena, pertenece a un famoso poeta francés llamado Pierre de Ronsard. No es siempre el mejor de los poetas de La Pléyade (el grupo literario renovador que él organizó) pero es desde luego el más variado y el más significativo. Pierre de Ronsard puede parecer de entrada un poeta monótono, en su sucesión de amores y amoríos celebrados y escritos, casi todos verdaderos. Sin embargo, Ronsard fue y seguirá siendo el poeta de “Los amores”.
A primera vista la poesía lírica de Ronsard (sonetos, odas, canciones) parece esa mera sucesión de prestigiosos nombres femeninos como Casandra, María, Sinope, Astrea y Helena. Sin embargo, no es más que el reflejo de su elegancia plasmado en sus escritos que se acompañan de sus intensos, pasionales y fugaces amores.
En este caso, el poema presenta un proceso que va desde la pasión al tormento, adornado con los más ilustres tópicos y la plenitud de las rosas.
Evidentemente nos hallamos ante un romance, puesto que su origen se encuentra en la cultura francesa del siglo XVI.
En este fragmento se refleja claramente un amor tardío, vivido en la juventud y demasiado joven e inexperto para una segunda etapa.
Por lo tanto el tema del poema, se relaciona con la fugacidad de la vida, y como tal, amar ahora sin dejar pasar ni un solo instante.
Uno de los temas secundarios que encontramos es el concepto de la fama y la perduración en el tiempo. Ronsard desea que se le recuerde a pesar de que hayan pasado los años.
El hecho de incorporar su nombre al poema, indica reconocimiento, memoria y observación a través del tiempo; e incluso cabría la posibilidad de que adornado el poema con su amor Helena, lo recordasen como un perfecto amante.
Con respecto a la estructura interna del poema, podríamos decir que se divide en tres partes bien diferenciadas:
La primera, desde el primer verso hasta el cuarto, nos plantea, reiteradamente, el paso del tiempo y la memoria de sus recuerdos, como el amor intenso que se convierte en vanidad, en desgaste y antigüedad.
La segunda parte, desde el quinto verso hasta el duodécimo, nos desarrolla la idea de fama, perduración y reconocimiento; demostrando así que la importancia recae en aquel que ama y no en la mujer amada. Ronsard plasma la sensación de esmero y esfuerzo por la supervivencia de su obra para que su recuerdo se mantenga vivo y no se desvanezca.
Y la tercera, y última, que corresponde a los dos últimos versos, el poeta concluye con un gran tópico: El Carpe Diem. En él, manifiesta la fugacidad de la vida, el tiempo que corre y la necesidad de apresarlo ahora antes de que sea demasiado tarde.
… Continuación:
En cuanto a su métrica, se compone en torno a 14 versos alejandrinos, agrupados de cuatro en cuatro, las dos primeras estrofas, ( cuartetos; cuyo esquema métrico es ABBA) y de tres en tres las dos últimas (tercetos; cuyo esquema métrico es ABA). Presenta una rima consonante con pausas de tipo versal, es decir, las que están realizadas al final del verso o coinciden con una pausa sintáctica.
El poema presenta una serie de recursos estilísticos que refuerzan el carácter literario del fragmento. Por ejemplo, la hipérbole (“y bendiga tu nombre, inmortal por la gloria”), que exagera su condición de ser viviente, es decir, vive pero de forma inmortal, vive pero no en la tierra, sino como “descarnado fantasma” observando el paso del tiempo en su amada. En esa misma frase, “Yo seré bajo tierra descarnado fantasma”, encontramos claramente la presencia de la metáfora, pues el autor se identifica con la muerte, en cierto modo, literal, pero que ella dejará vivo en sus recuerdos. Además se observa, al final del poema, el símbolo por el cual es distinguido Ronsard: Las Rosas. Representan el amor, la oportunidad, la belleza de la juventud y la mujer que la posee. En este mismo soneto, se presentan los versos que funcionan como garantía de la inmortalidad de aquella musa que inspiró la pluma de Ronsard, en este caso, Helena. Ella fue sin duda el más veraz y trágico de los gráciles amores ronsardianos.
Y, por último, mencionamos los consecuentes que tuvo Ronsard en la literatura. Por ejemplo, Pablo Neruda, retomó el mismo tema escribiendo El nuevo Soneto a Helena. Muchos otros escritores retomaron este tema teniendo como referencia el poema de Ronsard y escribieron su propio poema para Helena.
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